Una mala noche, mis amigos me
convencieron de ir a una fiesta y todos menos yo, se la están pasando bomba, al
resultar el menos agraciado del grupo mi suerte con el sexo opuesto resulta
poco gratificante, al ver que todos mis amigos están muy entretenidos como
acompañados me dispongo a realizar la graciosa huida, al salir de la casa donde
estaba realizándose la fiesta me topé con una pareja en pleno pleito y grito
feroz impidiéndome el paso, tarde un rato en encontrar una ruta alterna por
donde poder salir, la situación aunque bochornosa me resulta cómica y
divertida, Él era literalmente un gorila musculado de 2 metros de altura (por
lo menos es lo que a mí me parece), ella una clásica belleza de tipo adorno que
se le nota lo enojada hasta por los poros, al ver semejantes especímenes en
plena pelea no puedo nada más que sentir satisfacción, es una de esas
sensaciones culposas que sé que está mal pero me vale, al menos no solo yo la
estoy pasando mal, estuve a punto de arrancar mi camioneta cuando oigo que alguien
toca mi ventanilla, era la misma chica que estaba peleando en la entrada hace
un momento:
-Hola, ¿me llevas a mi casa?- esbozo una sonrisa que
mostraban un excelente trabajo dental.
-No, no quiero problemas- fruncí el ceño tratando de ser
desagradable.
El novio pareja o lo que sea que fuere se acercó rápidamente
vociferando leperada y media, ella le contesta en la misma forma violenta,
ahora la pelea se realiza junto a mi camioneta, entonces el gorila abre la
puerta de mi vehículo y me saca por la fuerza, alegando que no va a permitir
que me lleve su novia, yo trato de resistir lo más que puedo pero los kilos de
musculo que hay de diferencia entre nosotros me lo impide, le pico un ojo y le
golpeo la garganta esto hace que me suelte pero lo enoja aún más, estoy a punto
de darle una patada en los bajos cuando su puño se estrella contra mi estómago
lo cual me derrumba totalmente.
La falta de aire impide que me pueda incorporar, un gran alboroto
ocurre mí alrededor, uno de mis amigos me ayuda a levantarme, me subo a mi
camioneta y me dirijo a mi departamento.
La mañana siguiente en el trabajo me pesa la desvelada,
ahora que lo pienso la noche anterior no resulto tan aburrida.
Recibo un memo el cual me indica que pronto tendremos una
junta, como el encargado de los archivos tengo que preparar todo el material
que van a utilizar para la junta, esto me cae de maravilla, mi trabajo a pesar
de que es muy pasivo la mayor parte del tiempo me agrada, ya que me permite
realizar una de las tareas que más me entretienen que es leer, cuando era
pequeño al aprender a leer me permitió descubrir un sin fin de cosas que no
estaban a mi alcance en forma física, perdí por completo la capacidad de
aburrirme mientras estuviera leyendo, no importa que pero leyendo, no me puedo
creer que mi vista sea 20 20 porque como he utilizado mis pobres ojos ya
deberían haberme cobrado la factura, pero no es así, bueno preparo y organizo todos los papeles que me
solicitaron, voy a la sala de juntas donde me debe de estar esperando la
secretaria del gerente general, una señora muy amable conmigo pero poco
tolerante con los demás, dice que le recuerdo a su hijo, la encuentro
bostezando y con claras marcas de haberse desvelado.
-Parece que tuvo una noche movida- le sonreí tratando
bromear.
-Demasiado movida diría yo, me pase toda la noche en el
hospital.
-¿Algún problema?- puse cara de preocupado.
-Mi hijo, ya ve el siempre tan tranquilo, nunca sale y ahora
que por fin salió, un animal casi le revienta un ojo y le lastimo demasiado la tráquea,
no entiendo cómo es posible que pases estas cosas y todo por culpa de esa novia
que se consiguió.-movía las manos en forma de garra que está a punto de
arrancar una cabeza.
-¿Pero está bien?- nunca creí que yo pudiera ser tan
hipócrita y poder fingir así, además cómo es posible que le recuerde a su hijo
si la diferencia entre nosotros es más que notoria y no muy a mi favor.
-Si está bien gracias a Dios, pero va traer el ojo parchado
un rato, parece pirata el pobre con voz ronca y todo- sonrió en forma leve.
Le deje todos los papeles listos y acomodados me retiré, ya
en la soledad de mi escritorio en el archivo, sonrío al darme cuenta que yo no
lleve la peor parte.
Recibo la llamada de uno de mis amigos que acompañe a la
fiesta:
-Hola que tal, te llamo para preguntarte si estás bien.
-Si el golpe no fue para tanto.
-No puedo creer lo que hiciste anoche, mira que los callados
son los peores.- se escuchó una sonrisita femenina en el auricular.
-¿no estás solo?, y ¿a qué te refieres con eso de que los
callados son los peores?
-Estoy con Jazmín, la conocí anoche y creo que no pienso
soltarla- se escucha un hola escandaloso en el fondo.-y con respecto a lo de
los callados mira que dejar a ese gorila en esas condiciones y además le
bajaste la novia mira que resultaste tremendo.
-No te entiendo el que termino en el suelo fui yo, además de
que no le he bajado la novia a nadie.
-El gorila termino en el hospital además de que su novia le
grito que tú eras su amante y que eras mucho mejor que el en todo sentido.
-Pero que tonterías, yo ni siquiera la conozco-un frío me
recorrió la espalda.
-Blanca no mentiría con respecto a eso, yo la conozco ella
es muy seria- la voz que estaba en el fondo ahora se escuchaba más fuerte.- Además
de que su reputación siempre ha sido intachable, el que es una fichita es su
novio Roberto, al que ustedes le dicen gorila, a todas sus amigas nos dio gusto
que le dieras una lección y que además ahora tú seas su novio.
-Esto es un malentendido, pero mejor ni le muevo, nos vemos
después Goyo, fue un placer Jazmín.- colgué y me quede helado.
2 Semanas después recibo la visita mis amigos, todos se
acoplaron para ver una pelea de box (que a mí no me gusta para nada) y cenar
unas pizzas y cerveza, Al finalizar la pelea y en medio de la tomadera todos me
hacían bulla por mi supuesta nueva novia, al principio trate de aclarar las
cosas pero la incredulidad de mis amigos pudo más.
-Por cierto ¿te acuerdas de Jazmín?
-Si la que estaba contigo la vez que me hablaste a la
oficina.
-Pues ya es mi novia, y creo que voy en serio con ella.
-Felicidades, a ver cuándo nos la presentas.
-Pues el único de mis amigos que no la conoce eres tú, por
lo que me tome la libertad de invitarla a esta velada, lo bueno es que traerá a
algunas amigas para que no se sientan solos chicos- la alegría era evidente en
nuestros rostros al escuchar la buena nueva.- Ella me dijo que venía después de
la pelea ya que todavía tenían que pasar por tú novia y ella sale tarde del
trabajo ya que le toco guardia.
-¿Mi novia?, pero yo no ten..., no manches enserio va a
venir ella, por favor no la última y única vez que la he visto termine tumbado
y sin aire en el suelo.
-Eso se escuchó muy sucio- dijo Héctor desde la cocina.
-Ustedes ya saben a lo que me refiero.
-Cálmate, sirve de que se aclaran las cosas.- Polo como
siempre trato de calmar los ánimos.
3 cuartos de hora después las damas arribaron a mi
residencia(que mamón se escuchó eso), la caballada no estaba flaca, es más era
muy buena caballada, lo cual nos alegró de sobremanera, al final casi como para
darle un efecto dramático, aparecía Blanca, con su 1.75 de estatura, pelo chino
(permanente casi estoy seguro) ojos color miel piel bronceada(cama solar porque
la playa más cercana está a 600 km) y cuerpo de acondicionadora física, se nos
acercaron con movimientos felinos y sinceramente nos sentimos como ratones, Jazmín
se adelantó diciéndonos; "Ya cierren la boca chicos, se les va a caer la
baba, y bien déjenme presentarles a mis amigas"- Jazmín hizo las
respectivas presentaciones, al parecer ella conocía los nombres de todos los
presentes, me sorprendió la buena memoria que tiene, al final se me acerco y me
tendió la mano:
-Hola soy Jazmín-Una sonrisa de inocencia fingida enmarcaba
su rostro.
-Hola, Goyo no deja de hablar de ti.-Blanca estaba saludando
a los demás.
-Espero que bien.
-Puras cosas buenas.
-Mira a quien te traje- Jazmín le hizo un gesto a blanca
para que se acercara, ella dejo a medias su saludo con mis amigos y se acercó
en forma tímida.
-Hola- la salude sin mucho ánimo.
-Hola- ella bajaba la mirada.
-Bueno los dejo tengo que atender a mi noviecito- Jazmín se
abalanzo sobre sobre Goyo mientras le plantaba un beso.
-Quiero pedirte una disculpa.-Dijo Blanca con cara de
culpa.-la verdad es que ya no sabía qué hacer para quitarme a Beto de encima,
se estaba poniendo insoportable con sus celos y bueno tú fuiste el que salió
pagando los platos rotos, por cierto ¿ya estas mejor?
-Si la verdad es que no fue nada de consideración- puse cara
de póker.
-Al que no le fue bien fue a Beto, el pobre termino en- la interrumpí.
-Si ya me se la historia, no te preocupes no tienes que dar
explicaciones y si me quieres compensar mejor preséntame a una de tus amigas-
le sonreí para tratar de aliviar un poco la tensión.
-Este creo que eso va ser un poco, difícil.- Blanca se puso
nerviosa.
-¿porque?
-¿No recuerdas lo que le dije a Beto aquella noche?
-Pero eso, ya lo sé los aclaraste a tus amigas ¿no?-Blanca
se encogió demostrando culpabilidad.
-La verdad es que para evitar que Beto me siguiera
molestando, creo que hice la mentira más grande.- mi cara de póker regreso-por
lo que para mis amigas tu eres mi....
-¿Novio?
-Digamos pareja.
-¿Que tanto les has dicho?-la cara de Blanca se puso roja
como tomate.- ¿En serio?, bueno será mejor que aclaremos esto.
-Por favor, no, yo me encargo de hacerlo solo dame algo de
tiempo.
-Nada de tiempo, esto puede enredarse demasiado.
-En realidad ya está muy enredado, pero por favor dame
tiempo yo lo arreglo, además si me das tiempo yo te consigo a una novia,
garantizado.
-Cálmate cupido combinada de Celestina, ahora mismo
aclaramos todo, no quiero que tu novio me termine matando solo por una mentira
tuya.
-Por eso no te preocupes el parece resignado, después de que
se enteró de todo lo que platique de ti.
-Me da miedo preguntar qué es lo que dijiste.
-Bueno digamos que tengo una imaginación muy prolífica y te
pinte un poco exagerado.
-¿No sabes si mis amigos saben algo de todo lo que dijiste?
-Conociendo a Jazmín, de seguro se lo platico a Goyo así que
solo es cuestión de tiempo si no es que ya lo saben.
Me doy cuenta de que mis amigos se me quedan viendo con cara
de wath, esto ya está fuera de control, me dirijo a ellos pero Blanca me
detiene del brazo y su rostro suplicante me impiden moverme.
-Está bien, espero que tú amiga este guapa.
-¿Que amiga?
-La me vas a conseguir, al menos quiero sacar algo bueno de
este embrollo.
-A, eso- su repentino olvido me lleno de desconfianza- No sabía
que estuvieras tan desesperado.-su sonrisa denostaba burla.
-Sí, si estoy desesperado, y tu mentira lo único que logra
es impedir que esa desesperación desaparezca.
-Quieres que te consiga una mujer si se supone que estás
conmigo, no eso no.- se puso muy indignada.
-Pero no hay nada entre nosotros.
-Pero eso solo lo sabemos nosotros.
Héctor se acercó y nos interrumpió.
-Vaya sí que son intensos incluso al hablar, nunca imagine
que fueras de tan apasionado ya me contaron tus hazañas.
-No te creas todo lo que te cuenta.-Le respondí.
-Mi amor no seas modesto- Blanca se abrazó en forma
cariñosa, lejos de agradarme me incómodo.
-Y tú no seas indiscreta.- la aparte suavemente- si me
permiten voy al baño.
Me moje la cara y vi mi rostro en el espejo, pienso que esta
mentira me va a perjudicar, además de que la reputación de Blanca se verá
entredicho, pero parece que eso no le importa mientras se encuentre bien con
sus amigas, pero ¿y sus familiares?, si yo fuera su hermano o su padre estaría
furioso con ella, ¿acaso tendrá familiares?, la música empieza a sonar y tocan
la puerta del baño, era Blanca.
-Mi amor abre por favor.- le abro en forma violenta, al
hacerlo ella me empuja y cierra la puerta.- Por favor no digas nada.
-¿Y ahora qué?
-Nada, solo que me empezaron a bombardear con preguntas y lo
único que se ocurrió para evitarlas es esto.- se tocó la frente en señal de
hartazgo.
-Esto no puede seguir así, lo mejor es decir la verdad.
-No por favor ya no me hagas que te suplique esto ya de por
si es difícil.
-Está bien, ¿qué quieres hacer?- La sonrisa de Blanca era
diabólica.
Media hora después salimos del baño, con la ropa arrugada y
un poco despeinados (todo fingido por desgracia), la cara de los presentes no tenía
precio, Blanca caminaba demostrando orgullo y satisfacción, me espantaba lo
buena actriz que era, adentro del baño fue capaz de gritar para fingir un
orgasmo, mis intentos al tratar de emularla fueron patéticos por lo que mejor
solo me encargue de los efectos de sonido azotando la puerta y la cortina de
baño, me sentía en una radionovela erótica de bajo presupuesto, me moría de
vergüenza, Polo se me acerco y me dio una cerveza recién destapada mientras me
daba palmaditas en el hombro derecho.
Al final de la fiesta, todos se despidieron menos Blanca que
se quedó para ayudarme a limpiar los restos de la reunión, realizamos la labor
en silencio, cuando terminamos;
-Te llevo a tu casa.
-No es necesario pediré un taxi.
-Claro que no, yo te llevo y no acepto una negativa como
respuesta.
-Gracias por preocuparte.
La semana de trabajo paso sin novedad, con excepción de
cuando hablaba con la secretaria de Gerente que estaba feliz porque su hijo ya
había dejado a su novia que fue seducida por un hombre manipulador y sin
escrúpulos, me reía por dentro al imaginar si se enterara de que ese hombre soy
yo, a que lejos está la verdad de todo esto.
Mi celular me indicaba la llegada de un mensaje de texto,
cosa rara yo no me mensajeo con nadie, soy de eso dinosaurios que todavía usan
el teléfono para comunicarse, los correos electrónicos, las redes sociales y
los mensajes de texto me son ajenos, al revisar la persona de dónde provenía
resulto ser un número desconocido, el mensaje me citaba en un centro comercial en
una hora y fecha específica con una confianza como si fuera alguien conocido,
al llamar al número simplemente no contestaba, acudí a la cita, la curiosidad
me mataba, era Blanca vestida de manera casual, cómoda como sin ganas de llamar
la atención, su rostro lleva poco maquillaje solo lo necesario como para cubrir
el requisito, su pelo solo estaba atado con una dona, su permanente había
desparecido ahora su cabello era lizo y castaño, su simpleza mostraba su
verdadera belleza la cual era muy inferior a la que me había mostrado, me
alegro de verla así me parece menos hipócrita de esta manera, mucho más
tolerable.
-Hola Blanca, como estas.
-Bien, gracias por venir.- su rostro se ve muy descansado,
diría que relajado, casi en paz.
-Y bien, ¿para que soy bueno?
-Solo necesitaba platicar contigo.
-¿Ya te decidiste a decir la verdad?
-Ahora menos que nunca- una feliz sonrisa marco sus labios.
-Esto no está bien, tu reputación esta entre dicho.
-Por primera vez, no me importa, no te imaginas todos los
beneficios que me ha traído mi relación contigo.
-Nuestra supuesta relación- Trate de corregirla en forma
estricta, lo cual solo parece acrecentar la felicidad que despide en estos
momentos.-seré curioso ¿qué beneficios son esos?
-En primer lugar me da un tiempo del cual no disponía- puse
cara de duda- ya no tengo que preocuparme por los molestos pretendiente que tenía,
al enterarse de lo que le platique a mis amigas ellos simplemente se alejaron
al ver que no pueden competir contigo- me reí ligeramente.
-Esas mentiras me van terminar trayendo un lio.
-Como mis pretendientes volaron, eso me dio más tiempo para
mi trabajo y mi maestría.
-¿Maestría, en qué?
-En matemáticas.
-Wow, que sorpresa.
-¿Acaso pensaste que era una cabeza hueca?
-Hasta ahora no me habías demostrado inteligencia.
-Pues ya vez, ahora ya le puedo dedicar tiempo a lo que
realmente me gusta e interesa, además mis amigas me ven con envidia.
-¿Y tu familia?, ¿Que acaso no te importa lo que digan
ellos?
-Mi hermana, mi madre y mi abuela están felices por mí, papá
solo sabe lo que queremos contarle que no es mucho.
-Ya me da curiosidad sobre qué es eso que le contaste a tus
amigas.
-¿Quieres que te diga toda la espinosa historia de nuestra
tortuosa relación?
-¿Tortuosa?, rayos que imagen les diste de mi a tus amigas.
-Por donde empiezo, bueno creo que mejor te lo describo con
una lista:
Primero, no eres posesivo por tu gran confianza a que no es
posible que te deje.
Segundo eres un gran amante capaz de llevar me a la gloria
cada vez que lo hacemos, con inventiva y capaz de los más diversas hazañas.
Tercero eres todo un caballero con modales ejemplares capaz
de moverte en cualquier ambiente.
Cuarto, tu seguridad en todo lo que haces te hace una
persona de total confianza.
Quinto, eres un excelente bailarín, con capacidad de dominar
todos los ritmos.
Sexto, Estoy tan enamorada de ti que me es imposible en
pensar en otra persona que no seas tú.
Al escuchar uno por una las características que supuesta
mente me definían me quede con una
mezcla de humor y terror en mi mente, me resultaba difícil pensar lo que esas
mujeres pensaban sobre mí y ahora creo que también mis amigos, tal vez por eso
es que no me hablaron en todo este tiempo.
-Qué bueno que no les
dijiste que era rico, ¿Me puedes decir porque llevar esta mentiría a estos
extremos?, ¿qué voy a hacer si tengo que demostrar cualquieras de esas
características?
-Te lo voy a decir, aunque esto me avergüenza, la verdad es
que soy una mujer frígida.
-¿Y?
-Cada vez que lo hacía con Beto, la verdad es que nada de
nada, yo estaba seca como el desierto, no me excitaba nada de lo él hiciera, y
mira qué intento de todo, la verdad es que me hartaba estar con él, cuando le
dije esto él se enojó tanto, ¿recuerdas la primera vez que nos vimos en esa
fiesta?
-Sí, me acuerdo como estaba discutiendo en la puerta.
-Era eso, el me reclamaba, yo no tenía ningún argumento con
que defenderme, entonces te vi subiendo en esa camioneta, te visualice como vía
de escape, entonces le dije a Beto, que me voy con mi amante, el que si me hace
sentir mujer cuando lo hacemos, corrí y toque la ventana de tu troca y lo demás
pues tú ya lo sabes.
-¿Por qué le mentiste?
-Para que se diera por vencido, y ya no herirlo más.
-¿Lo quieres?
-Le tengo cariño, pero no te sabría decir.
-¿Y por qué no volver con él?
-Porque ahora los dos somos felices, el ya no tiene que
lidiar conmigo, creo que ya anda con alguien más lo cual realmente me alegra,
merece alguien que lo quiera de verdad.
-¿En realidad está bien con esto?
-Claro que sí, hacía tanto tiempo que no me sentía tan yo,
como si me hubiera quitado una careta y por fin puedo respirar, ya no tengo que
aparentar nada.
-Pero estas aparentando una relación que no existe.
-Estoy viviendo un romance de ensueño.
-De fantasía, de mentiras.
-Con el Hombre perfecto.
-Que no existe.
-Claro que existe, eres tú.
-Pero yo no soy así.
-Eso solo lo sabemos tú y yo.
-Está bien ya no insisto, parece que no hay poder humano que
te haga cambiar, pero si encuentras al hombre correcto por favor no lo dejes
ir, invéntale que terminamos y se feliz.-Blanca sonrió y me abrazo con una
ternura conmovedora.-Bueno ya basta, nos veremos cuando sea necesario, al cabo
ya tienes mi número.
-Y tú el mío.
Todo transcurrió con tranquilidad por un mes, tal vez
demasiada, mis amigos me hablaban poco y no fui a ninguna fiesta durante ese
tiempo casi me olvido de Blanca y sus mentiras, me evoque a mis libros y a mi
trabajo, el gerente había sido transferido a Panamá y se llevó a su secretaria,
los rumores de la oficina indicaban un romance el cual se confirmó cuando nos
enteramos que ellos se casaron antes de partir a escondidas de sus hijos, la
historia me pareció conmovedora, por ahora el puesto será ocupado por una
señora con un genio muy malo de seguro producto de su menopausia, eso aunado a
su secretaria que aunque bonita y joven resultaba una verdadera bruja en cuanto
su trato con los demás, sin embargo las dos son muy serias y cumplidas con
respecto al trabajo, conmigo no se han metido, gracias a que he cumplido al pie
de la letra las ordenes que me han emitido, esto es fácil ellas son muy
concretas pero no dan ningún margen a los desvíos, por lo general ella solo me
hablan solo lo necesario para cumplir el trabajo, una mañana mientras estaba
acomodando la papelería que se utilizó en la junta pasada, la secretaria de la
gerente se me acerco con un buen paquete de documentos, por simple cortesía me
adelante a tomarlos de sus manos porque se veía que pesaban más de lo que ella
podía soportar por un periodo de tiempo largo, ella se limitó a dar un seco
gracias;
-Gracias, y abusando de tu amabilidad te los puedes llevar
para archivarlos, así me ahorro una vuelta.
-No hay problema.
-¿Por cierto?, ¿Tienes novia?- la pregunta la hizo sin
ninguna emoción en la cara como si preguntara la hora.
-Si, si tengo.
-Vaya, yo pensé que eras gay, ¿o acaso es novio en vez de
novia?
-Novia, ¿se le ofrece algo más?
-No te enfades, es solo curiosidad ya que no te he visto
nunca hablando con ninguna chica de la compañía.
-No hay problema, con su permiso- puse cara de enfado y me
di la media vuelta, sentí una mano en mi hombro derecho.
-Discúlpame, no es mi intensión molestarte ni ofenderte, lo
que pasa es que mi capacidad de interacción social en el trabajo dista mucho de
ser optima.- sonreí de buena gana.
-Y con ese vocabulario dudo mucho que mejore, a las personas
no les gusta que les hablen en forma tan técnica.
-¿Técnica?, pero si el objetivo de la comunicación verbal es
cumplido en forma adecuada al utilizar este voca...la interrumpí.
-Hablas como si una maquina estuviera utilizando un
diccionario como referencia, si me disculpa, tengo algo de trabajo pendiente.-sinceramente
la situación me animo el día.
A la salida del trabajo Blanca estaba parada junto a mi
camioneta, parecía una aparición, vestido blanco a nivel de las rodillas,
anchos tirantes y escote cuadrado, su pelo suelto destellaba a la luz del sol, me
parecía un personaje sacado de la caricatura de Candy Candy (odio candy candy),
ella se acercó con una actitud de felicidad saludándome en forma escandalosa:
-Hola mi amor.
-Ya párale al jueguito, no tienes por qué hacer eso aquí.
-Te has vuelto un gruñón y un pesado.- El enfado era
evidente en ella.
-¿Que te trae por aquí?-Suavice mi tono.
-Nada solo quiero verte eso es todo-rasque en mi nuca en
señal de confusión- ¿quieres invitarme a cenar?
-Son las 5 de la tarde.
-Entonces haremos tiempo pasándola juntos.-Blanca mostró
unos diente muy a doc con su nombre.
-Está bien, siempre es grata la compañía de una mujer
hermosa.
-Un cumplido de tu parte, eso sí que es raro, ¿quién eres tú
y donde dejaste a mi novio?
-La última vez que lo vi estaba en tu mundo de fantasía.
-Y además estas bromeando, no puedo creerlo, si eres un clon
dejado por los aliens para despistar a los terrícolas.-No puede más y solté una
carcajada.- Rayos no es una copia exacta, este clon sonríe no como el original.
-Me alegra que estés de tan buen humor.
-Un momento, ¿dijiste que soy una mujer hermosa?
-Si.
-Acaso me estas coqueteando.
-No solo muestro lo que es evidente.
-Por favor no te enamores de mí.
-No te preocupes, estas a salvo.
-¿Que acaso eres gay?
-Eres la segunda persona que me lo pregunta, y no, no lo
soy, me encantan, me fascinan, me excitan las mujeres.
-Creo que prefiero a este clon, es mucho más humano que el
original.
-¿A dónde deseas que vayamos?
-Atento y educado, ok esto lo tengo que aprovechar, que te
parece al teatro.
-Me parece estupendo, y después a un restaurante italiano
para cenar.
-¿Seguro que no me estas coqueteando?
-No, simplemente me aprovechare de tu compañía y planeo
tener una agradable velada.
-Si me estas coqueteando.- me encogí de hombros ya no quise
aclarar nada.
La obra fue más o menos entretenida, la historia era buena
pero los actores no tanto, la cena estuvo deliciosa, nos tocó un mesero muy
amable que nos recomendó unos vinos muy buenos y a precios más que accesibles,
Blanca estaba feliz, y me sentía muy bien con esa felicidad que emanaba de su
rostro.
La deje en su casa como por eso de las 12 y media, no era
necesario las despedidas, todo procedió con tranquilidad hasta que un hombre de
mediana edad salió a nuestro encuentro procedente de la casa de Blanca.
-Por fin conozco a tu escurridizo novio Blanca.
-Papá por favor.
-Mucho gusto joven, por favor pase, creo que es hora de que
conozca a la familia.
-¿No creo que sea la hora adecuada señor?-la excusa perfecta
para salir bien librado, voltee a ver el rostro de Blanca y su angustia era más
que evidente.
-No se preocupe estamos en medio de una reunión, a la cual
no asistió mi hija porque usted insistió en verla sin importar ninguna excusa.-Una
mueca de enojo sobresalía del duro rostro del padre de Blanca.
-Papá, ya basta por favor.
-Es que no lo entiendo cómo es que te dejas controlar por un
hombre de esa manera.
-Precisamente por eso papá porque es un hombre.-La escena me
resulto de lo más entretenida, una sonrisa torcida surgió en mi rostro en forma
involuntaria.- Que es tan gracioso joven.
-Yo solo quiero lo mejor para Blanca, es mi obligación como
su novio el procurar el bienestar de ella, por lo que consideró que Blanca se
merece pasar su tiempo en forma amena y agradable, lo cual no lo hubiera
logrado en su reunión familiar.-Blanca estaba con la boca abierta, yo asumí un
pose de autosuficiencia que creo me parece muy fingida.
-Pero ¿cómo se atreve?
-Por lo que veo ella no le tuvo la confianza de decirle lo
incomodo que le resulta el ver a sus familiares.
-¿Es cierto eso Blanca?
-Si papá, y también a mamá y a Loreley, simplemente no
toleramos a la familia de tus primos.
-¿Pero porque no me lo habían dicho?
-Por qué te ibas a enojar papá.
-Bueno con su permiso, me retiro- antes de que otra cosa
pase, el papá de Blanca me miro con fastidio y se dio la media vuelta, Blanca
se me acerco y con voz baja.
-Creo que te pasaste.
-Lo se lo siento, tómalo como un buen pretexto para terminar
conmigo.-Si por favor que lo tome como pretexto, el padre Blanca giro su
cabeza.
-¡Blanca!, entra a la casa ya.
-Si papá.
-Y usted muchachito, tenemos algo pendiente, pero lo veremos
después.
Una noche realmente divertida, dormí como tronco y feliz.
A media mañana en el trabajo recibo una llamada de recursos
humanos, ellos generalmente me solicitan expedientes de los empleados, pero en
este caso solo me pidieron que me presentara en sus oficinas, al parecer ha
habido quejas sobre la secretaria de la nueva gerente, ya que parece que no
muestra ninguna cortesía con ninguna persona, con una sola excepción conmigo,
estaban intrigados les exprese que yo también.
Más tarde en el archivo me fue a visitar la secretaria.
-Buenos días Claudia, que milagro que se da una vuelta por
esta zona.
-Vengo a agradecerle.
-¿Sobre qué?
-Por su discreción.
-Sinceramente me confunde.-ella sonrió, es la primera vez
que la veo sonreír.-vaya tiene una hermosa sonrisa.-Claudia desvió la mirada
como en forma apenada.
-No importa, de todos modos gracias.
La reunión me dejo un buen sabor de boca.
Una fiesta con mi amigos se estaba gestando, la cosa era
seria porque hasta un salón rentaron para el evento, Blanca no dejaba de
mandarme mensajes de lo emocionada que estaba, para mí me resultaba un
verdadero dolor de cabeza, eso de estar fingiendo que soy su novio ya me estaba
hartando.
Paso por Blanca a su casa, enfrento la mala cara del papá el
cual me hace esperar en la sala a que su hija salga de su habitación ya que no
ha terminado de arreglarse, se me hizo conocer a mi supuesta suegra y cuñada,
sinceramente parecen que las hacen en serie solo que con distinta edad, las
facciones de ellas son muy similares a las de blanca, la señora trata de
disminuir la tensión que provoca su marido con comentarios chuscos pero muy
malogrados, la hermana, sin embargo comienza con un incómodo interrogatorio:
-¿Es cierto que te disputaste a mi hermana en una pelea con
su antiguo novio?-Mi supuesta suegra se escandalizo.
-Por Dios Loreley ¿qué pregunta es esa?
-Cálmate mamá, lo que pasa es que Blanca siempre tiende a
exagerar las cosas como tú, y a lo mejor es por eso que mi papá esta disgustado
por nada, pero por favor responde mi pregunta- La vi con calma, el mal humor
que traía se evaporo ya que esto ya se puso divertido.
-No, fue así.
-¿Pero si lo enviaste al hospital?
-Pura suerte, de todas maneras el me gano.-me encogí de
hombros, Loreley frunció el ceño, mi suegra pelo los ojos y mi suegro termino
carcajeándose.
-Nos podrías platicar que pasó esa noche.-insistió Loreley
-No lo considero correcto- baje la mirada en señal de
vergüenza, pero la verdad es que me reía por dentro.
-La curiosidad me está matando por favor suelte la sopa
jovencito- ahora era mi suegro que parecía un niño al que están a punto de contar
un cuento.
-Resumiendo, yo termine en el suelo y Blanca se apiado de
mi.- carcajadas de mi suegro, risas reprimidas de mi suegra pero Loreley estaba
con cara seria.
-Si tu terminaste en el suelo, ¿porque Roberto termino en el
hospital?, y además ¿porque fue la pelea si mi hermana no era el motivo?-Sonreí
ligeramente.
-Le pique un ojo, creo que se me pasó la mano.
-¿Y el motivo?- Loreley puso su puños cerrados sobre sus
rodillas mientras se inclinaba hacia mí.
-Yo trate de ligarme a Blanca esa noche, aunque ignoraba que
tuviera novio.
-Vez que fácil es decir la verdad, ya se me hacía demasiado
drama lo que contaba mi hermana.
-Perdón la indiscreción, ¿qué les contó Blanca?
-Que te disputaste el derecho de ser mi novio en una pelea
con Roberto- Blanca irrumpió en la plática.
-Valla si te vez preciosa- le sonreí mientras hacía cara de
admiración.
-Gracias-Blanca se dio una vuelta para presumirse-por favor
Loreley ya deja en paz a mi novio.
-Qué bueno que perdí la pelea si no nunca me hubieras
aceptado.-me acerque para tomar la mano de Blanca, ella me miro con ternura (eso
me movió el tapete).
-Blanca te había descrito como un macho dominante que no
acepta un no como respuesta.-Loreley se cruzó de brazos al terminar de hablar.
-¿Conque eso opinas de mí?-Miro a Blanca con cara de enojo (fingido
claro), Blanca se estremeció y se puso en una actitud sumisa (Fingido claro
también).-Fue un gusto conocerlos- Tome a Blanca del brazo y nos retiramos
Blanca fingía como si le apretara el brazo.
Ya cuando estábamos en camino a la fiesta:
-Debo admitir fue muy divertido.-por fin pude quitarme la
careta y sonreír a todo lo que daba.
-A mí no me lo pareció tanto-Blanca mostraba una mueca de
disgusto.-Loreley trae entre ceja y oreja que algo oculto.
-Muy perspicaz tu hermanita.
-La verdad es que le disgusto que dejara a Beto.
-¿Y eso?
-No lo sé, ella cambió mucho su actitud hacia mí desde esa
noche.
-Entonces a lo mejor no le caigo bien y como no por la forma en que me describiste,
yo también no estaría muy de acuerdo si semejante monstruo es novio de mi
hermana.
-¿Tienes hermana?
-No, soy hijo único.- Blanca soltó una sonrisa.
-Por fin, siempre eres más bella con una sonrisa en los
labios.
-Pero la risa arruga.
-Entonces serás una belleza arrugada y alegre.
Un auto nos rebasó y se puso al frente nuestro obligándonos
a parar lentamente, una mujer se bajó del auto, era Loreley, Blanca se bajó
furiosa, gritando insultos hacia su hermana, yo me baje para distinguir mejor
la pelea entre hermanas.
-Cómo es posible que dejaras a Roberto por semejante patán,
mira cómo te trata, ahora mismo nos vamos a la casa.
-Claro que no, yo decido a donde voy y ninguna muchachita
histérica me va a dar órdenes.
-Ya basta de esta gritería de cotorras, ahora mismo Blanca
te subes a la camioneta-Puse una actitud de furia-y te regreso a tu casa, ya me
canse estos jueguitos que a nada llevan.
-Como te atreves a hablarle a mi hermana de esa manera-Me le
quedo viendo con cara de enfado, veo a Blanca atónita, por un instante reina el
silencio, entonces Blanca camina hacia mí y me abraza, en voz baja y al oído me
dice "por favor no", mi respiración se vuelve más calmada, volteo a
ver a Loreley la cual estaba furiosa al vernos de esa manera.
Tomo de los hombros a Blanca y doy paso atrás para separarnos;
-Por favor sube a la camioneta, te voy a llevar a tu casa, será
mejor que dejemos esto en paz, yo ya no puedo más.
-No por favor llévame a la fiesta que por lo menos la última
noche valga la pena.-Tomo su barbilla y le sonrió.
-A ti no te puedo negar nada.
La noche trascurrió agridulce, tratamos de aprovechar al
máximo todas las oportunidades que tenías de divertirnos, pero en nuestras
mentes calaba el hecho de que ya no estaríamos juntos, eso me causa gracias, en
realidad nunca estuvimos juntos.
Pasaban de las tres de la mañana, la fiesta estaba terminando, las últimas canciones calmadas
sonaban y nosotros bailamos abrazados por un buen rato, ella me susurro al
oído, "hoy no me lleves a mi casa, al menos déjame fingir para ti esta
noche".
El despertar fue dulce, como ella lo había prometido su
actuación me dejo más satisfecho, sin embargo me calaba que solo fuera
actuación, me haría muy feliz que ella hubiera sentido lo mismo que yo sentí,
me levante y prepare un desayuno simple; Huevos, pan tostado café y jugo. Lo
lleve a la cama donde me esperaba Blanca con la cara somnolienta.
-Te traje el desayuno.
-Gracias, ¿qué hora es?
-Las ocho.
-¿No ha sonado mi celular?
-No, también me extraña que no te hablaran de tu casa.
-¿Te gusto?- sus verdes ojos me hipnotizaron por un
instante.
-Me encanto, aunque
-¿Aunque?, ¿que acaso tienes un pero?
-Me hubiera gustado más que tú también lo
disfrutaras.-Blanca bajo la mirada.
-¿Y quién dice que no lo hice?- me senté enfrente de ella
con cara seria.
-Basta de mentiras, no con esto por favor.
-Lo siento.
-No te preocupes, es mucho mejor esta sinceridad.
Después de desayunar, bañarnos y arreglarnos, deje a Blanca
en su casa, en la puerta estaba Loreley con cara de pocos amigos, Blanca se
despidió dándome un beso en la mejilla;
-Invéntate una buena historia de nuestro rompimiento, lo
dejo todo a tu prolífica imaginación.
-Te voy a dejar una reputación de desgraciado, eso les atrae
mucho a las mujeres.
-Ok que seas feliz y cualquier cosa que se ofrezca estoy a
tu disposición ya sabes dónde encontrarme.
-Igualmente.
Lejos de estar deprimido mi humor era estupendo, mis hombros
están descansando de la pesada carga que significaba llevar un noviazgo
ficticio, mi semana laboral corrió como mantequilla, Claudia la secretaria del
Director me hacía visitas en forma continua, todo por trabajo por desgracia porque
ella de no esta de malos bigotes y creo que me gusta y estoy pensando
seriamente en invitarla a salir.
Veo a Claudia tomando un café en comedor de la empresa, me
armo de valor y me le acerco.
-Hola Claudia, ¿me permites acompañarte?
-Hola, claro sienta por favor.
-Qué bueno que te veo quiero preguntarte algo.
-Si dime.
-¿Me aceptarías una invitación a cenar?
-Por fin, ya no hallaba excusas para verte.
-¿Excusas?
-¿En serio no te dabas cuenta?
-No, ¿qué tonto verdad?, pero entonces ¿aceptas?
-Claro que acepto.
La cita se realizó en un restaurante de comida Japonesa, el
ambiente era muy confortable, Claudia resulto una excelente conversadora, además
de que verla sin la ropa de oficina sí que me agradaba, es mucho más bella de
lo que creía, en serio que me gusta.
Una persona interrumpió la conversación, era Loreley.
-Conque no te vasta con mi hermana desgraciado.
-Hola Loreley, ¿cómo estás?
-¿Quién es esta?, espero que no estés engañando a Blanca.
-No es esta, ella se llama Claudia, y con respecto a Blanca
ya hace tiempo que terminamos.
-No es lo que dice ella, además de que se ven todos los días
inclusive Blanca regresa muy tarde porque anda contigo.
-Pero que dices, ya hace tiempo que no veo a tu hermana.
-Mentiroso.
-Yo no miento ya hace dos semanas que no sé nada de Blanca.
-Pero entonces.
-Disculpen, este los siento pero estamos en medio de una
cita por si no se habían dado cuenta y el hecho que me ignoren de esta manera
resulta irritante- Claudia nos vio en forma severa.
-Te pido disculpas Claudia, pero lo que me acaba de decir
Loreley sobre mi ex me preocupa.
-¿En serio quieres seguir fingiendo?
-Tan desconfiada como siempre, mira que te parece si
seguimos a Blanca para ver qué es lo que hace hasta tan tarde.
-Está bien.
-Ahora si no permites nos gustaría continuar disfrutando de
la cena.
-No nada de eso no pienso dejarte solo y que alertes a mi
hermana, ella siempre hace lo que tú le dices en forma ciega.
-Y que sugiere.
-Que vallamos ahora mismo a buscar a mi hermana y la
sigamos, no te pienso perder de vista como para que le avises.
-¿Pero que no vez que estoy ocupado?
-Por mí no te preocupes, yo me voy a mi casa.
-Claudia espera por favor.
-Primero arregla tus asuntos, luego búscame.
Mire con ojos de furia a Loreley.
-Deja de mirarme así yo no soy mi hermana para que me
espantes.
-No definitivamente no eres Blanca, ahora vamos a seguir a
tu hermana.
Nos quedamos cerca de la casa de Blanca por cerca de una
hora, la compañía de Loreley resulto la más efectiva de las torturas.
Blanca dio vueltas en su auto por cerca de una hora, entro
al cine y salió después se fue a un restaurante de comida rápida que abre las
24 horas y al finalizar regreso a su casa, era cerca de las 2 de mañana.
Lorley está muy seria, un aura de tristeza emanaba de ella.
-Lo mejor es que se lo digamos, no tiene caso que continué
con esto.-le sugerí a Loreley.
-¿Entonces si terminaste con mi hermana?, ¿pero por qué?
-Yo no soy el quien para decírtelo, eso te lo tendría que
decir Blanca.
-¿Su frigidez?, maldito macho estúpido, ¿fue por eso?
-Piensa lo que quieras, ya te hiciste una idea y dudo mucho
que yo pueda cambiar tu opinión.
-Pero ella era feliz, nunca la había visto de esa manera, se
veía completa, plena, la mañana siguiente de cuando los intercepte ella estaba
feliz, cantando y hasta bailando como tonta, el verla así me reconfortó, ¿Que
paso esa noche, como para que ella se pusiera tan feliz?
-Esa noche terminamos.
-Ustedes me intrigan enserio.
-¿Creí que nos odiabas?
-A ti si a ella no puedo es mi hermana.
-Sabes, nunca me importo su frigidez.
-¿Lo sabias?
-Sí, ella me lo dijo.
-¿Podrías venir mañana?, la volveremos a seguir pero esta
vez le hablaremos.
-Ok, te parece si paso por ti a las 9 en el café que está a
dos cuadras de aquí.
-Me parece bien.
El día siguiente mi labor fue tratar de arreglar las cosas
con Claudia, mis esfuerzos no dieron fruto, la noche llego y espere a Loreley
en el lugar y hora convenidos, ella llegó puntual y con una cara de seriedad
que helaba la sangre, nos saludamos brevemente y nos evocamos a esperar a que
Blanca saliera para poder seguirla, mientras esperábamos el ambiente paso de
tenso a aburrido, no teníamos nada de qué hablar para pasar el tiempo, y los
únicos temas que pudiéramos discutir eran demasiado delicados como para
tratarlos, por fin Loreley rompió el silencio.
-¿Y realmente como es que se hicieron novios?
-Ya no tiene caso ocultarlo, realmente nunca fuimos novios.
-Ya me imaginaba que había algo raro pero nunca pensé eso,
me podrías contar la historia, total para pasar el tiempo.
-Ok
Le relate con el mayor detalle posible los hechos que me
relacionaban con Blanca.
-No puedo creer que aceptaras esa situación tan bizarra.
-Pues ya vez, ¿que no es ese el auto de Blanca?
-Sí, si es.
-Pues adelante.
Seguimos a Blanca por unas dos cuadras, me acerque lo
suficiente para que nos viera, Blanca se orilló y bajo del auto, nosotros nos
estacionamos atrás de ella y la encaramos.
-Hola hermanita-Loreley la saludo en forma inocente casi
infantil.
-Parece que ya lo sabes.
-Así es hermanita, pero no te preocupes- La voz de Loreley
era conciliadora.
-Hola Blanca-Le sonreí lo más tiernamente que pude.
-Siempre termino involucrándote en mis mentiras.-Encogí mis
hombros brevemente en señal de no hay problema.
-Estoy para apoyarte, ya lo sabes.
-No es justo, no es justo-Blanca comenzó a llorar mientras
me golpeaba el pecho, yo espere a que parara y la abrace en forma ligera, ella
correspondió el abrazo acurrucándose como una niña.-Por favor no me dejes, te
prometo que ya no será una mentira.
-Ya te lo había dicho, siempre estoy para lo que sea.
FIN
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