sábado, 11 de marzo de 2017

Piel de gallina

La avenida se inundo con la lluvia torrencial que no a parado en casi dos horas, limitando el poder cruzar las calles sin perder los zapatos, eso me obligo a detenerme en el único tejaban disponible en toda la calle, una pastelería que por desgracia estaba cerrada es la que me ofreció el refugio, después de media hora de estar titiritando en la entrada las puestas del local se abrieron, un hombre como en sus cincuentas me invito a pasar, el horno mantiene el lugar con una temperatura que mi cuerpo agradece, apesar de que no estaba mojado el frío me empezaba a calar, un café y una buena platica lograron un buen momento.

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